Un buen proyecto de I+D+I debe complementarse con dos visiones: la técnica y la gestora del futuro negocio. Para complementar la carencia de uno de estos pilares, los centros tecnológicos son un vector clave, es decir, para lograr no solo que una idea se transforme en un proyecto de innovación, sino que gracias a ella se obtengan unos buenos resultados y así poder dar el salto de la fase de investigación a la de mercado.
¿Cómo lo consiguen? Con formación. Tanto interna, dentro de los institutos para tener equipos que estén actualizados en el ámbito técnico, como externa, en el ámbito de la gestión, para ser capaces de transmitir ese conocimiento al tejido empresarial, con el que trabajan codo con codo y lograr así un sistema de innovación más competitivo.
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