El profundo proceso de cambio que supone la transformación digital se convierte en una oportunidad de oro para el sector primario español. Una actividad tradicionalmente sacudida por la escasa rentabilidad y la falta de relevo generacional ha encontrado en las nuevas herramientas digitales una pieza sobre la que construir una segunda oportunidad.
En regiones como la Comunidad Valenciana, la agricultura es mucho más que un sector económico. Está intrínsecamente unida a la identidad del territorio, a su patrimonio natural y cultural, que ha permitido vertebrar desde tiempos inmemoriables la geografía de norte a sur y que, en los últimos años, lucha por evitar el avance de la despoblación.
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