A día de hoy, el diagnóstico de Alzhéimer sigue siendo fundamentalmente clínico, lo que provoca que no pueda detectarse hasta que aparecen los primeros síntomas, o incluso más tarde, cuando el daño neuropatológico es ya grave. Por ello, es necesaria la búsqueda de nuevos biomarcadores que permitan una detección temprana de la enfermedad de forma no invasiva.
A este desafío responde ALTEA, una nueva herramienta creada por investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), pertenecientes al Centro de Biomateriales e Ingeniería Tisular (CBIT), en colaboración con el Dr. Enrique Mollá, radiólogo del Hospital de La Ribera.
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